LA POESÍA CULTA DEL SIGLO XV (POESÍA CORTESANA)

El siglo XV es un siglo de transición entre la Edad Media y el Renacimiento. Los temas centrales de la literatura de esta época serán la fortuna, el amor y la muerte.

    En el siglo XV aumenta la influencia de la literatura italiana y, a través de ella, la difusión de la cultura grecolatina (lo que dará lugar al Renacimiento en el s. XVI).

 Por otra parte, la Iglesia va perdiendo peso en la cultura. Entre la clase noble (que está ociosa, pues hay menos guerras) fue surgiendo un nuevo lector, interesado en una literatura sin intención doctrinal. La Corte se convirtió en escenario de debates poéticos y la cultura fue imprescindible en la educación de la clase aristocrática. En este marco florece la poesía cancioneril o de cancionero.

Los cancioneros son recopilaciones de poemas de distintos autores. Destacan el Cancionero de Baena, el Cancionero de Stúñiga, el Cancionero musical de Palacio... La poesía amorosa mantiene todavía la influencia de la tradición trovadoresca de origen provenzal. El amor refleja las convenciones del amor cortés: el caballero sirve a la dama, en una relación de vasallaje (la dama es el señor, y el enamorado es el vasallo). Esta poesía es abstracta, de difícil comprensión; además, es una poesía poco sincera, fría y convencional.

 En el siglo XV destacan tres poetas:

  • El Marqués de Santillana, famoso por sus serranillas de inspiración popular.
  • Juan de Mena, cuya principal obra es el Laberinto de Fortuna.
  • Jorge Manrique, cuya obra más conocida son las Coplas a la muerte de su padre


     Jorge Manrique: Coplas a la muerte de su padre

    Esta obra puede dividirse en tres partes:

        1ª) Consideraciones generales sobre la muerte y la fugacidad de la vida.
        2ª) Evocación de personajes históricos que ya han muerto.
        3ª) Se centra en la muerte concreta del maestre Rodrigo, padre del autor.
    Los principales temas de las Coplas son:
    • La fugacidad de la vida, que aparece bajo dos metáforas muy características : el río (vida) que desemboca en el mar (muerte), y el camino que nos conduce a la vida eterna.
    • El poder igualatorio de la muerte (todos somos iguales ante ella : ricos, pobres, obispos, campesinos, reyes...).
    • La vanidad de los bienes terrenales.
    • El “ubi sunt ?”, tópico literario medieval (¿Dónde están los que han muerto ? ¿Dónde sus riquezas, sus fiestas, sus bailes... ?).
    • La vida de la fama (novedad prerrenacentista que aparece en las Coplas). Además de la vida terrena (la menos importante por ser la más corta) y la vida eterna (la mejor), Manrique nos habla de la vida de la fama (continuar viviendo en el recuerdo de los demás), más duradera que la terrena. Para alcanzar la vida de la fama, el hombre debe hacer buenas obras por las que merezca ser recordado (por eso la fama es una idea prerrenacentista, porque alcanzar la vida de la fama depende del propio hombre; en el Renacimiento el hombre es lo más importante).

    La estrofa que utiliza Manrique en sus Coplas es la copla de pie quebrado o manriqueña, formada por dos sextillas con el siguiente esquema métrico : 8a 8b 4c 8a 8b 4c.

        Las Coplas de Manrique constituyen una de las mejores elegías de la literatura española.

               Copla I
    Recuerde el alma dormida,
    avive el seso y despierte,
    contemplando
    cómo se pasa la vida,
    cómo se viene la muerte,
    tan callando ;
    cuán presto se va el placer ;
    cómo, después de acordado,
    da dolor ;
    cómo, a nuestro parescer,
    cualquiera tiempo pasado
    fue mejor.

                    Copla III
    Nuestras vidas son los ríos
    que van a dar en la mar,
    que es el morir ;
    allí van los señoríos
    derechos a se acabar
    e consumir ;
    allí los ríos caudales,
    allí los otros medianos
    e más chicos,
    allegados, son iguales
    los que viven por sus manos
    e los ricos.

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